Corro solo por el mundo, lo hago así la gran mayoría de las veces. En ocasiones he encontrado personas valientes (o pacientes) que me han acompañado en parte del camino. Sin embargo, mi manera de transitar por la vida tan desconcertante (hasta para mí) acaba alejando a mis acompañantes intermitentes. Por lo mismo sigo yendo a solas por mi camino, con la esperanza que, durante mi trote, le encuentre sentido a un mundo que carece del mismo.
domingo, 28 de septiembre de 2014
Lo que uno mismo quiere ser
“Hay una brecha tan grande entre lo que los demás quieren que seamos y lo que uno mismo quiere ser.” – Hebert Gutiérrez Morales.
martes, 23 de septiembre de 2014
La personalidad del Otoño
"Tal vez no sea tan popular como las otras tres pero, sin duda alguna, el Otoño es la estación con más personalidad: tiene el mejor clima, los atardeceres más melancólicos, esa sensación tan especial de ver las hojas caer y, sobre cualquier otra cosa, es la única estación que tiene todo el tiempo NFL. :’-)" - Hebert Gutiérrez Morales
jueves, 11 de septiembre de 2014
domingo, 7 de septiembre de 2014
Dos tipos de alma
"Un alma mezquina siempre se querrá colgar de tus triunfos y abandonarte en tus fracasos. Un alma grande respetara tu integridad, individualidad y responsabilidad en ambas situaciones" – Hebert Gutiérrez Morales.
lunes, 1 de septiembre de 2014
Decisión Final (Draft Day)
Una
de dos, o me estoy volviendo fácil de encantar con las películas, o a últimas
fechas he visto muy buenos filmes. El caso es que no esperaba escribir tan
rápido de otro filme tras haber escrito sobre “Lucy” hace, literalmente, un par
de días.
De antemano sabía que
me iba a gustar “Draft Day” (o, como la nombraron en español “Decisión Final”)
por tratar de la NFL, lo que sí fue una sorpresa es que me encantara tanto al
nivel de escribirle este ensayo en caliente.
Y es que uno podría
decir “¿De dónde le van a sacar la emoción al día del Draft?” y créanme, hay
mucha tela de donde cortar de un simple día del reclutamiento colegial. Pero,
los que llevamos algunas décadas siguiendo la NFL, sabemos que el futuro de una
franquicia se define mucho en el día de las selecciones colegiales.
¡Alto ahí! Antes de que dejen
de leer, quiero decir algo: no me malinterpreten. No lo voy a negar, un
aficionado a la NFL disfrutará la película del inicio al fin, por ser una
delicia, sobre todo a unos días de la patada inicial de la temporada 2014. Sin
embargo, el argumento es igual de interesante si no eres seguidor de este deporte
y quieres vivir un par de horas emocionantes.
Aunque el argumento
gire en torno al fútbol americano, en realidad habla mucho de decisiones,
lealtades, sacrificios, relaciones, sentimientos, miedos, ilusiones, frustraciones
y de tantas cosas a los que todos nos tenemos que enfrentar tarde o temprano en
la vida.
Vas viendo como todas
las personas a tu alrededor tienen ciertas expectativas sobre lo que deberías
ser, hacer, decidir o pensar, y te das cuenta que no puedes darle gusto a
todos.
Y eso es sólo con las
personas a tu alrededor, también tienes otros con los que tienes contacto, tal
vez no tan cercano que también hay intereses sobre ti y con los que debes
aprender a lidiar o negociar.
El problema es que
muchas veces no tienes tiempo para decidir, es cuando notas que es un factor
invaluable para todos. Y ahí vino una frase que me encantó en la película “Nadie
puede detener el tiempo, pero hay algunos que logran hacer que corra de manera
lenta”. ¡Wow! Qué manera tan sublime de ejemplificar ese don que tienen algunos
para ganarse algo de ello a través de sus decisiones, sus actos o estrategias
Y ahí está el arte de
esto, porque en muchas de esas ocasiones no sólo careces de tiempo para
decidir, también tienes un montón de gente (tanto superiores, subordinados o
colegas) que esperan algo de ti, que te están presionando para que cubras sus requerimientos
y hacen tanto ruido que ni siquiera puedes escuchar tus propios pensamientos
Muchos tomamos
decisiones en momentos de desesperación o duda, y habrá quien se aproveche de
nosotros y muchos podrán decir “La vida es injusta”, pero uno puede quedarse
sentado y quejarse de su mala suerte o actuar para corregirla.
Al final, es factible
que las cosas no salgan como las planeaste originalmente, puede ser que salgan mal
pero, también, pueden ser que salgan mejor, todo depende de qué tan bien
juegues tus cartas, la inteligencia y versatilidad con la que te adaptes a la
situación.
Todos tenemos derecho a regarla, y también tenemos derecho a corregir nuestros errores, aprender a
escuchar esa intuición que normalmente no se equivoca. Cuando tienes la
suficiente personalidad para tomar las decisiones que crees que son congruentes
y las correctas, es factible que no dejes a todos felices, pero es probable que
alcances una situación en la que los involucrados se sientan relativamente
satisfechos.
Ahora voy a comentar un
poco sobre ciertos momentos del filme, o sea, es hora del Spoiler Alert, porque aquí empiezo a destripar el argumento.
Por favor vea el filme antes de continuar, porque no quiero develarles nada de
esta magnífica película.
Me resultó muy significativo
los contactos que tuvo Sonny Weaver Jr. (a.k.a. Kevin Costner) con distintos
jugadores y directivos de la liga. Ese juego de dar y sacar información, de
negociar, de aceptar o rechazar ofertas. Resultan muy emocionantes pero, si no
estás preparado para el juego, te comen vivo.
En los combinados que
se hacen previo al Draft, se miden todas las cuestiones físicas, atléticas y
mentales de los jugadores, pero hay unas que son más difíciles de medir, como
lo es la personalidad y el carácter. Y resulta sorprendente cómo los gabachos
analizan todos los aspectos posibles antes de elegir un jugador. No en vano la
NFL es la liga más competitiva, prolífica e importante del planeta.
Muy interesante cómo
se hacen las negociaciones y ves cómo, en ocasiones, ese mismo tiempo que a
veces es tu enemigo, en otras se convierte en tu aliado, como el juego en sí.
Como lo pudimos ver cuando Sonny le devuelve el favor a su colega de los
Seahawks. Y te das cuenta que los equipos no sólo compiten entre sí dentro del emparrillado,
también lo hacen fuera del mismo.

También te haces
consciente del trabajo tan difícil que es el ser gerente general de un equipo
en la NFL, en donde lidias con el dueño, el coach, la afición, la prensa, los
jugadores y hasta con tus seres queridos. Puedes ser el hombre más querido u
odiado de la ciudad e inclusive en lugares más lejanos.
La película está tan
bien hecha que hubo varios momentos en los que me emocione, me reí, me enoje y
hasta derramé un par de lagrimillas, ¡y no era mi equipo! Eran los Browns,
equipo contra el cual no tengo nada pero que, admitámoslo, han sido uno de los hazmerreír
de la liga por demasiados años.
Menciones especiales
me significan los jugadores con los que al final se quedaron los Cafés: la
muestras de pasión, civilidad, honestidad, profesionalismo y decencia del QB
Brian Drew (como lo demostró en la Carta a los Redskins). El respeto e ilusión
del corredor Ray Jennings al querer jugar en el mismo equipo que su papá y ahí
se dio el momento que más me conmovió. Muchas veces en el sorteo nos pasan
cuando los jugadores reciben las llamadas antes de ser seleccionados, pero
ahora fue tan bonita la escena que la emoción se me convirtió en las lágrimas,
y creo que Arian Foster la actuó tan bien por el hecho de que él nunca fue
seleccionado en la vida real. Un detalle muy bonito.
Y el otro jugador que
merece una mención especial es el apoyador Vontae Mack, que resultó ser una sorpresa
muy agradable para el argumento. Fue un gran acierto, porque al inicio parecía
un bandido cualquiera pero, conforme fue avanzando el argumento, mostró su
valía, inteligencia y honestidad, por lo que resultó vital en la decisión de
Sonny al momento de seleccionar.
El papel de Jennifer
Garner (Ali Parker) también es resaltable, se comporta con mucha clase,
inteligencia y personalidad, imposible no amarla (además de que se ve MUY bien
H_H), sobre todo al ver cómo se mueve en un mundo de hombres sin perder el toque
femenino ni el porte.
El que la hace de Anthony
Molina (el dueño), también actúo de manera soberbia, nunca mejor dicho, que nos
refleja esos empresarios que quieren ser más protagonistas que sus jugadores y
que tienen aires de grandeza (Léase un Jerry Jones y sus Vaqueros)
No puedo declararme propiamente
fan de Kevin Costner, pero es un actor que me ha conmovido en diversas
películas como “Danza con Lobos”, “El Campo de los sueños”, “Robin Hood”, “Súperman”
(como Jonathan Kent, obvio) o inclusive “El Guardaespaldas” y creo que su papel
en este filme es resaltable y muy convincente, la verdad se la compras en todo
momento y su actuación me pareció espléndida.
Tal vez no fue muy
relevante, pero me encantó la interacción que él y Ali tenían con Rick (el practicante),
en especial cuando Sonny Weaver le rompió su Lap top y le prometió compensarle mientras
le ofrecía una disculpa muy sentida. Escena que tal vez no aporte mucho a la
historia, pero que me pareció muy relevante a nivel humano.
Al ver a los
aficionados cómo se ponen a la hora de las selecciones, recordé por qué ya no
veo el Draft, y no porque no me interese, al contrario, me interesa tanto que
no quiero enojarme y mentar madres porque mi equipo eligió o no a tal jugador
(como la cuestionada primera selección de este año que hicieron mis Dolphins
con Ja’Wuan James).
Y ahí te das cuenta
que a veces se analiza tanto que se pierden los detalles más obvios, como los
que descubrió Sonny Weaver Jr para no seleccionar a Bo Callahan, esos minucias
que marcan la diferencia entre tomar a un Peyton Manning o a un Ryan Leaf.
Y sip, a veces los
gerentes generales son unos auténticos imbéciles (como Jeff Ireland) o pueden
ser unos genios (como John Schneider), pero los aficionados siempre vamos a
reaccionar irracionalmente, ya sea con alegría o furia, pero es un trabajo que
se verá a largo plazo. El problema es que la NFL no suele ser muy paciente y,
no importa todo lo bueno que hayas hecho “eres tan bueno como tu última jugada”
Esto casi le pasa a
Sonny Weaver Jr. Cuando su coach iba a renunciar y el dueño lo iba a despedir
y, a pesar de dicha presión, se mantuvo enfocado y logró mucho más de lo que
tenía pensado al inicio de ese día.
Al inicio del mismo
perdió la calma y dejó que lo timaran con tres selecciones pero, conforme
avanzó el mismo, se arriesgó y terminó con más ganancia de la que imaginaba.
Y eso es remarcable
del filme, personalmente pensaba que lo iban a correr sin remedio (yo lo
hubiera hecho), pero se dio un giro increíble pero posible al argumento, porque
esos canjes se dan en la NFL. Movimientos que a veces consagran el futuro de un
equipo o lo condenan a más años de mediocridad.
Un ejemplo se dio hace
unos días con Ryan Mallet y los Pats, mismos que aguantaron, no lo cortaron
(aunque ya no entraba en planes), lo mostraron y, al final, lograron recibir
una elección de Draft de los Texans, algo que no hubieran recibido si se
hubieran desesperado y lo hubieran liberado (que sin duda era lo que quería
Houston).
Cuando terminó el
filme, salí muy feliz y emocionado. Y agradecí que hayan estrenado dicho el
mismo casi cinco meses después en México que en Estados Unidos ¿Por qué? Porque
esta semana inicia la temporada 2014 de la NFL y ahora la espero con más
emoción.
Y aunque la película
no fue de mi equipo, me sentí muy afortunado de ser un Dolphan.
Es tonto ¿saben? Creo
que no soy tan distinto que todos esos aficionados que critico cuando se
emocionan con el Soccer y, sin embargo, creo que sí es diferente, porque desde
los ocho años siempre percibí la NFL muy distinta a como lo hacía con el Soccer.
Hay muchas, pero
muchas, cosas más importantes en este planeta, muchos problemas que resolver y
tratar, por lo que dedicarle tanta atención a un deporte puede resultar
estúpido (y seguramente lo es).
Pero no lo puedo
evitar.
Desde hace 30 años
soy aficionado fiel de los Delfines de Miami, un equipo que me ha dado, y por
mucho, más tristezas que alegrías en estas tres décadas, de hecho, la última vez
que fue campeones mis papás ni se conocían.
Honestamente, sé que
mi equipo no merece tanto amor ni lealtad de mi parte. Y aunque al final
siempre me hacen enojar, no puedo dejar de quererlos. A veces le comento a
Lesly que me gustaría verlos, aunque sea una vez, campeones del Súper Bowl,
seguramente me moriría de un paro cardíaco de tanta alegría, hasta miedo me da
imaginarme tanta felicidad.
Tal vez sea un iluso,
tal vez me convendría irle a otro equipo pero es un “defecto” que tengo, porque
soy fiel a lo que mi corazón dicta, y me quedo con quien quiero, sin importar
las razones que haya para dejarlo.
Es tonto decirlo
pero, aunque me enterara que nunca van a ser campeones, no cambiaría de equipo.
Por eso me gustó tanto el discurso al inicio del film, porque describieron a la
perfección la importancia de las escuadras deportivas para una ciudad, e
inclusive fuera de ella. Porque es una liga que ni siquiera está en mi país,
soy fan de un equipo que reside en una ciudad que está muy lejana a donde yo
vivo y, aun así, son MI
equipo.
Yo ya amaba a mis
Fins antes de verlos en vivo, y eso que no vivo en Miami, pero he viajado a esa ciudad con mucho gusto tres veces, para verlos jugar y, en esta temporada, voy
a verlos dos veces más en calidad de visitantes. Tal vez suene patético, pero me
regalan 16 oportunidades (a veces una o dos más) al año de vivir intensamente,
ya sea alegría o tristeza, pero me hacen sentir vivo como pocas veces, la adrenalina
corre por mi sangre al gritar, saltar y emocionarme sin pudor alguno.
Es chistoso, mis dos
papás (tanto el biológico como el adoptivo) son fanáticos de los Steelers, por herencia me tocaba ese equipo pero, por alguna razón, soy fan de Miami, y me
siento feliz de serlo.
Una temporada más,
llena de sueños, comienza. Una temporada llena de ilusiones. Tal vez sea una
enajenación, pero amo la NFL y amo más a mi equipo, porque me inyectan vida, y
eso es invaluable.
Go Fins!
Hebert Gutiérez Morales.
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